Experiencia veraniega Este verano he leído un librito que me ha gustado mucho, se llama Pandora en el Congo ,es de un autor catalán de cuarenta y tantos. Es un libro ligero que se lee rápido, no tiene nada de especial, solo una cosa. Me ha contado una historia nueva, algo que nunca nadie me había contado, lo he leído como cuando era una adolescente, con los ojos muy abiertos viendo como unos seres salían reptando de la tierra, increíble. Algo parecido me ha pasado con la practica. Cuando llego Julio acepte la sugerencia de nuestro sensei de ir a entrenar al Dojo de Amate, un Dojo de karatekas curtidos y acogedores. La experiencia ha sido estupenda, lo mismo que la historia del libro, nueva. He descubierto al sensei como compañero y alumno y debéis reconocer que es tela de difícil que alguien se mueva como pez en el agua por cualquier mar que se le ponga a su alcance. Ha entrenado como el primero, sudando al mismo ritmo de todos. Ha sido interesante verlo al otro lado, como compañero que acude a un Dojo para entrenar karate, disciplinado , bromista, eso si, por lo bajini. Como hacemos nosotros cuando el nos dirige. Por sus grados, el sensei de Amate le pillaba para demostrar sus técnicas y allí estaba nuestro sensei Pepe , rodando por los suelos, colaborando para que entendiésemos, como hace Javi cuando el nos demuestra una técnica. Tambien y muy importante, he visto como trabajan otros maestros y esta experiencia me ha servido para reafirmame en la decision que tome el año pasado y que ya me parece tan lejano. Ha sido un verano provechoso, hemos practicado tai-chi, karate, hemos dedicado varias mañanas a hacer las fotos unos cuantos compañeros, David, Juan Jose, Raul, el sensei y yo. Las fotos para el libro de kenjutso que próximamente editara el sensei. Ha sido todo relajado y armonico, hasta Juan Jose peleandose con la maquina de las cocacolas del parque. He sentido que el Dojo no es un lugar concreto. Un dojo es el lugar donde varios artistas marciales deciden que van a entrenar un ratito. El Dojo lo desplazamos nosotros hasta donde nos parece bien. Solo me queda agradecerte sensei que me hayas dejado acompañarte , esto solo ha servido para engrandecerte ante mis ojos, como maestro, compañero y amigo.
Experiencia veraniega
ResponderEliminarEste verano he leído un librito que me ha gustado mucho, se llama Pandora en el Congo ,es de un autor catalán de cuarenta y tantos. Es un libro ligero que se lee rápido, no tiene nada de especial, solo una cosa. Me ha contado una historia nueva, algo que nunca nadie me había contado, lo he leído como cuando era una adolescente, con los ojos muy abiertos viendo como unos seres salían reptando de la tierra, increíble.
Algo parecido me ha pasado con la practica.
Cuando llego Julio acepte la sugerencia de nuestro sensei de ir a entrenar al Dojo de Amate, un Dojo de karatekas curtidos y acogedores. La experiencia ha sido estupenda, lo mismo que la historia del libro, nueva. He descubierto al sensei como compañero y alumno y debéis reconocer que es tela de difícil que alguien se mueva como pez en el agua por cualquier mar que se le ponga a su alcance.
Ha entrenado como el primero, sudando al mismo ritmo de todos. Ha sido interesante verlo al otro lado, como compañero que acude a un Dojo para entrenar karate, disciplinado , bromista, eso si, por lo bajini. Como hacemos nosotros cuando el nos dirige.
Por sus grados, el sensei de Amate le pillaba para demostrar sus técnicas y allí estaba nuestro sensei Pepe , rodando por los suelos, colaborando para que entendiésemos, como hace Javi cuando el nos demuestra una técnica.
Tambien y muy importante, he visto como trabajan otros maestros y esta experiencia me ha servido para reafirmame en la decision que tome el año pasado y que ya me parece tan lejano.
Ha sido un verano provechoso, hemos practicado tai-chi, karate, hemos dedicado varias mañanas a hacer las fotos unos cuantos compañeros, David, Juan Jose, Raul, el sensei y yo. Las fotos para el libro de kenjutso que próximamente editara el sensei.
Ha sido todo relajado y armonico, hasta Juan Jose peleandose con la maquina de las cocacolas del parque.
He sentido que el Dojo no es un lugar concreto. Un dojo es el lugar donde varios artistas marciales deciden que van a entrenar un ratito. El Dojo lo desplazamos nosotros hasta donde nos parece bien.
Solo me queda agradecerte sensei que me hayas dejado acompañarte , esto solo ha servido para engrandecerte ante mis ojos, como maestro, compañero y amigo.
Muchas gracias.
Elisa