Se comenzó entregando el dossier del curso y se explico algunos puntos de éste, que luego pasamos a aplicarlo en la práctica. El ambiente y el número de asistentes hizo más fácil la clase y me permitió poder extenderme y entregarme. El ritmo de trabajo fue alto y continuo.
El curso estuvo dividido en tres fases de trabajo principalmente: Suburis aplicados, Batto jutsu en sus diferentes variantes y Katas. En cada apartado se destacaron varios puntos importantes que se debían de tener en cuenta a la hora de enseñar o practicar. Tuvimos 3 horas en la mañana y 2 en la tarde. Aunque temí que fueran pocas horas para exponer el programa seleccionado, la verdad dieron para mucho.
Muchos de los asistentes ya eran instructores en otras disciplinas, con metodologías de trabajo muy definidas y en muchos casos distintas. El reto estaba en hacer una metodología universal que fuera aplicable no solo al Kenjutsu, sino a otras artes marciales. Que ambas pudieran sumar. Los ejercicios cambian y evolucionan pero estos cambios o evolución deben ir también avalados por un método adecuado. Esa era la razón de este curso.
Lo importante es que los asistentes salieron satisfechos y con la promesa de volver a realizar, al menos uno por año. Agradecer a todos la confianza, y también a algunos su esfuerzo personal en asistir. Al grupo de Córdoba, a Jorge Garibaldi que vino desde Dinamarca y como no a mis alumnos que siempre están en todas y a todas.
José Navarro
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