Un arte, un sistema, un método o como queramos llamarle no es otra cosa que un vehículo para conseguir determinados objetivos, concretamente marciales aunque por extensión también internos.
Pero para llegar a este fin, es muy importante estar limpio. Por limpio me refiero a no cerrarnos a la posibilidad del cambio. A veces nuestras creencias ensucian lo que hay alrededor. Conseguir esta adaptabilidad es imprescindible para mejorar. También debemos evitar los prejuicios hacia otras formas de hacer o de pensar en relación al Budo.
No podemos decir que el Karate es algo vivo y en evolución, pero a la vez matarlo por ser incapaces de salir del confort de nuestro estilo.
He escuchado muchas veces una opinión, que suele ser más generalizada de lo que imaginamos, está es:
En Kárate esta todo.
Es posible, si nuestro Karate está bañado por un sistema completo, pero sobre todo abierto. Pero en muchos casos aún esta idea es más reduccionista, se dice: En mi estilo está todo.
Como budoka debemos estar abiertos al conocimiento, venga de donde venga. Cada uno después debe saber gestionar esa información
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