martes, 4 de enero de 2022

REFLEXIÓN SOBRE EL PENSAMIENTO EN SHITO RYU

Necesidad de revisar el sistema de pensamiento en Shito Ryu.

Por todos es conocido la gran cantidad de Katas que existen en el estilo Shito Ryu y mucho más cuando lo comparamos con otros. 

Pero más allá del número, lo que realmente interesa, debe ser la metodología diversa de trabajo que ofrece. Para mi, la clave no está en aprenderlas todas, sino, en saber elegir aquellas en función de nuestros objetivos.

Sabemos que Nahate tiene unas características técnicas diferentes a Shurite. Esto aporta una gran riqueza al practicante y debe ser tenido en cuenta. Aunque debo decir que para comprender estos dos sistemas no es necesario saberse 100 Katas. 

A veces he observado y es una pena, que cuando a alguien externo al estilo se le indica que somos Shito Ryu, rápidamente viene a su cabeza que hay muchas Katas, en vez llegarle la riqueza de principios que contiene este sistema.

Esto seria irrelevante, sino fuera porque en realidad con esa frase se está expresando que Shito Ryu es un estilo sin profundidad. 

El objetivo principal de cualquier practicante de nuestra escuela debe ser dominar los principios del Karate, a través de las Katas. Pero esto no ocurre si el enfoque es más horizontal que vertical. 

Podemos pensar que todas las Katas tienen su importancia y que no saberlas o no practicarla todas, es señal de no conocer el sistema en su totalidad, lo que equivaldría en un lenguaje mental poco estructurado, no tener nivel. En muchos casos se piensa en la línea horizontal, es decir, en lo amplio, más que en la línea vertical, es decir, lo profundo. 

Aquí podría caber una reflexión al respecto: "lo amplio y lo profundo deben buscarse de igual manera para encontrar el equilibrio". Es cierto, lo malo es cuando la línea horizontal es más larga que la vertical, como es el caso del Shito Ryu, si la concebimos desde la visión antes expuesta.

¡Lo profundo, sin embargo, nunca sobra!. 

Debemos estar en constante evolución personal y eso implica saber ver la realidad, asumirla y si es necesario cambiarla. Esta última parte es quizás la más difícil porque conlleva un compromiso más allá de métodos o estilos, exige un compromiso con el conocimiento. 


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