lunes, 10 de enero de 2022

Sistemas abiertos y cerrados en Karate

 Un sistema se compone de diferentes partes que están diferenciadas entre sí, pero que en lo estructural, guardan de alguna manera relación. Cada parte tiene unos objetivos específicos que cumplen una función y que, ayudan a mejorar dicho sistema en su conjunto. En Karate, este sistema esta compuesto dentro de su aspecto técnico en: Kihon, Katas y Kumite como forma general de entrenamiento.

Pero contiene otros elementos que podríamos decir que son de carácter internos y por supuesto, una parte no menos importante donde entra el Taiso o desarrollo de las capacidades físicas. Todo esto amparado bajo un mismo paraguas conceptual. 

Complementar de forma lógica estos tres elementos es una constante que se busca en el mundo del Karate y su metodología debería estar enfocada para ese fin. 

Dentro de este contexto, nosotros consideramos que en Karate existen sistemas diferenciados, los sistemas que llamamos cerrados y los abiertos.

Por sistemas cerrados entendemos que son aquellos donde no se permite introducir ninguna variación, ni técnica, ni en sus principios. Hay una idea de que ya está todo creado, y que solamente con repetir lo establecido se consigue la maestría. Es impensable dar cabida a otras formas de entender dichos movimientos, ya que restan más que suman. Esto ocurre como norma, más o menos generalizada, en determinadas formas de pensamientos, sobre que es y como debe ser un estilo. 

Después existe otra corriente, opuesta. Se piensa que un sistema no es algo cerrado y ya terminado, sino que está abierto a experimentar, "el sistema es un medio y no un fin en sí mismo".  

En este grupo podemos decir que hay dos divisiones o líneas ideológicas. Están los que introducen herramientas que suman y que no alteran las bases de la escuela. Normalmente estos cambios se producen por que en sus estudios o investigaciones, el resultado de la experiencia los conduce a ese cambio. No se está atado a ninguna forma, sino que se busca la funcionalidad. Y está necesidad inevitablemente te lleva a tener que transformar lo conocido. "La función o la necesidad, crea la forma (técnica)". 

Estar en esta línea es difícil ya que no se da nada por echo. No es cómodo  porque te exige una constante reflexión y gastar mucha energía para modificar o corregir aquello que se perciba como error. Se necesita también una mente madura, no es cambiar por cambiar, sino saber qué y cómo hacerlo. 

Este camino de en medio como propulga el budismo, no es apto para todos. 

Al otro lado del extremo, cuando nos referimos a sistemas abiertos, es aquel que no acepta la continuidad y disciplina que ofrece una escuela, sino que ve el progreso en el cambio como elemento absoluto. Se van introduciendo técnicas, Katas, etc, casi de forma compulsiva. Al no profundizarse en una línea, no acaba de darsele la suficiente importancia al conocimiento adquirido, de ahí que tenga que buscar esa carencia en la novedad. Predomina la cantidad por encima de la calidad, o a lo externo se le da más importancia que a lo interno o profundo. Hay una cierta incapacidad en comprender que la técnica es sólo un vehículo y que los principios que rigen un arte marcial deben ser la verdadera materia de estudio. 

¿Con cuál de estos tres sistemas te identificas?. 




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