lunes, 20 de abril de 2015

Vamos a estudiar Katas.



Vamos a estudiar Katas…

Nos colocamos quietos pero no inmóviles, nuestro cuerpo esta relajado y capacitado para poder actuar en cualquier dirección. La energía fluye desde la cabeza hasta los pies y de los pies hacia la cabeza, en un círculo constante. La mente se centra en ese instante, no deja escapar nada y la mirada debe ser un reflejo de ello. Una mezcla entre dos estados debe aparecer, la inmediatez de la acción y un cierto desapego a esta acción. Eso nos hará rápido y eficiente.

Ahora tres momentos se dan al movernos en esa primera técnica o combinación: esperamos y reaccionamos, nos movemos a la vez del supuesto e imaginario oponente o nos anticipamos. Cada uno de estos tiempos os definen, en el se refleja el nivel del actor. El movimiento surge primero, dentro de nosotros, y luego es transmitido hacia fuera, materializándose en la “defensa”. No defendemos su técnica, sino su agresión, su estado de ánimo, su espíritu marcial. Para esto nos hemos preparado.

Ahora vamos a jugar con la gravedad. El tren inferior se hunde en el suelo, los pies echan raíces, necesitamos sentirnos pesado, la tierra es nuestra aliada y nos devuelve de forma elástica la energía que le hemos dado, las articulaciones la aceptan y llegan a las caderas, y de ahí al resto de extremidades superiores. En un flujo continuo y controlado nos desplazamos contraatacando, con tanta intensidad que necesitaremos una pausa para recuperarnos. No hay que precipitarse, como el arquero, que no lanza su flecha hasta que la cuerda no esta tensada del todo. En ese intervalo de tiempo, donde la cinética esta ausente, ese instante es Kamae, la mente pasa a tomar la iniciativa. La Kata nos permite repetir esta combinación hacia el otro lado, nos incita a disfrutar nuevamente, de esa experiencia de conexión con la tierra.

Nuevos movimientos surgen, nuevas técnicas se combinan, ahora usa el espacio. Se abre un abanico de posibilidades, izquierda, derecha, adelante, atrás, etc. En las Katas estas direcciones están establecidas, evitan de esa manera que el camino natural de la energía se interrumpa. Tomada la dirección adecuada para cada caso ahora vamos a jugar con la fluidez. Defensa, ataque, giro, defensas, ataque, en un flujo continuado de funciones, de principios. Unas técnicas aplastan, otras atraviesan, las defensas interceptan, conducen y todo ello sin perder la calma interna. Si la perdemos, nos desequilibramos, usa la respiración para conquistarla. Visualizamos los movimientos de ataques y defensas también del oponente imaginario. Eso, si decidimos enfocar la Kata dentro del contexto marcial, te aconsejo que lo hagas, no resta.

El espacio que se usa ahora es amplio y lineal, muévete coordinadamente, con ligereza, ahora tus posiciones cumplen su segundo principio, el de máxima movilidad. Es importante sentirse ligero en los primeros pasos, uno, dos, tres. En el último encaja nuevamente tú cuerpo, elije una posición que favorezca esa idea. Libérate si puedes de asociar técnicas a posiciones. Varias fuerzas se mezclan, una hacia abajo, otra hacia arriba, otra hacia atrás y una última hacia delante, en continuos rebotes elásticos. La actitud interna es Fudoshin o espíritu inamovible. De nuevo, siente como si atraparas el tiempo, que la Kata podría acabar ahí, sin embargo, quieres alargar la experiencia y el cuerpo de nuevo se organiza buscando una salida técnica, una dirección natural. Usa ahora los ángulos.

Las nuevas combinaciones nos permiten poder jugar con el ritmo, disminuir la velocidad, aumentarla si lo necesito. El ritmo se convierte en un método de trabajo y en una estrategia. Debemos de tomar conciencia de la respiración, juguemos ahora con la respiración, no es necesario ir con prisa, al fin y al cabo nadie nos ve, tampoco nos debe importa si nos miran. La respiración penetra y en ese camino nos causa sensaciones diferentes, a nivel físico se expresa como un cosquilleo en la columna vertebral, a nivel más profundo, ésta nos llena; siente como las caderas se llenan de aire denso. Si estas receptivo es posible que sientas calor. Cuando aumentamos la velocidad de la combinación, esta vez con las manos abiertas, el aire se coordina saliendo solo lo que necesitamos, no nos vaciamos, esto nos debilitaría. La misma combinación se realiza ahora hacia la derecha. Es importante, los giros de las caderas, los cambios de posiciones y la simetría de fuerzas.

Debemos de volver al centro, lo hacemos siempre sin dejar huecos ni físicos ni mentales. Hay partes en las Katas que son especialmente delicadas y si no dominamos los principios técnicos y conceptuales, dejamos huecos donde el supuesto oponente penetraría. En estos puntos ponemos nuestra máxima atención. Se nota desde fuera quien esta dominando la Kata y quien esta solo en el plano técnico. Juguemos ahora con la coordinación. Las combinaciones que nos propone ahora la Kata requieren de destreza: cambios de manos, uso del tren suprior e inferior y lograr sacar fuerza desde la flexibilidad. Nuestro cuerpo no debe de quedar atrapado en una zona debemos usar la totalidad. Un movimiento se alimenta de otro. Ten en cuenta esta idea, te hará crecer.

Cuidado con la inercia, cada movimiento es el resultado del anterior, no se atropellan. Recordemos de nuevo algunas funciones. Para defender no es necesaria tanta energía, tanta tensión, solo contacto y conducción. Sin embargo, para atacar explosionamos. La última técnica de esta serie es de tierra, puro yang. No olvidemos que cuando el cuerpo se expresa en yang, nuestro espíritu debe ser ying. Cuando hablamos de equilibrar en los Katas, de no perder el centro, nos referimos a esto. No importa si en este punto se escapa un Kiai, lo que te salga. No obstante, no te vacíes, que este grito no te disperse, aún queda por finalizar la coreografía predeterminada.

Estudiemos ahora las dos últimas combinaciones. Giramos sobre nosotros mismos, sin invadir el espacio del imaginario oponente. Mantenemos una actitud neutra donde podamos tanto defender como atacar. Al avanzar nuestra defensa se convierte en ataque, rompemos la energía del oponente y su espíritu combativo. Sin dar tregua proyectamos una segunda técnica. Nuestra entrega es tal que no hay posibilidad de retorno. Es una técnica definitiva. Esto mismo lo repetimos hacia el ángulo derecho, recordar que la simetría es un elemento importante, debemos de sentirnos igualmente seguros.

Poco a poco el cuerpo se va relajando y la mente se va apaciguando hasta entrar en un estado natural. Poco a poco volvemos a la posición de origen, quedarnos de píe y dejar que la respiración se calme. No tenemos prisa. Imaginar una posición tal que podríamos estar quietos durante horas sin cansarnos. Esto también es valido para el resto de los movimientos de los Katas. Si la estructura es buena podríamos, sino, el cuerpo delataría el error posicional en forma de dolor. Ahora saluda sin entrar en ritualismos, solo es un saludo de respeto y satisfacción. Reten la información y hazla tuya, súmala a lo que ya sabes…

José Navarro Parra.

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