Vamos a estudiar Katas…
Nos colocamos quietos pero no
inmóviles, nuestro cuerpo esta relajado y capacitado para poder actuar en
cualquier dirección. La energía fluye desde la cabeza hasta los pies y de los
pies hacia la cabeza, en un círculo constante. La mente se centra en ese
instante, no deja escapar nada y la mirada debe ser un reflejo de ello. Una
mezcla entre dos estados debe aparecer, la inmediatez de la acción y un cierto
desapego a esta acción. Eso nos hará rápido y eficiente.
Ahora tres momentos se dan al
movernos en esa primera técnica o combinación: esperamos y reaccionamos, nos
movemos a la vez del supuesto e imaginario oponente o nos anticipamos. Cada uno
de estos tiempos os definen, en el se refleja el nivel del actor. El movimiento
surge primero, dentro de nosotros, y luego es transmitido hacia fuera,
materializándose en la “defensa”. No defendemos su técnica, sino su agresión,
su estado de ánimo, su espíritu marcial. Para esto nos hemos preparado.
Ahora vamos a jugar con la
gravedad. El tren inferior se hunde en el suelo, los pies echan raíces, necesitamos
sentirnos pesado, la tierra es nuestra aliada y nos devuelve de forma elástica
la energía que le hemos dado, las articulaciones la aceptan y llegan a las
caderas, y de ahí al resto de extremidades superiores. En un flujo continuo y
controlado nos desplazamos contraatacando, con tanta intensidad que
necesitaremos una pausa para recuperarnos. No hay que precipitarse, como el
arquero, que no lanza su flecha hasta que la cuerda no esta tensada del todo.
En ese intervalo de tiempo, donde la cinética esta ausente, ese instante es Kamae,
la mente pasa a tomar la iniciativa. La Kata nos permite repetir esta
combinación hacia el otro lado, nos incita a disfrutar nuevamente, de esa
experiencia de conexión con la tierra.
Nuevos movimientos surgen, nuevas
técnicas se combinan, ahora usa el espacio. Se abre un abanico de
posibilidades, izquierda, derecha, adelante, atrás, etc. En las Katas estas
direcciones están establecidas, evitan de esa manera que el camino natural de
la energía se interrumpa. Tomada la dirección adecuada para cada caso ahora
vamos a jugar con la fluidez. Defensa, ataque, giro, defensas, ataque, en un
flujo continuado de funciones, de principios. Unas técnicas aplastan, otras
atraviesan, las defensas interceptan, conducen y todo ello sin perder la calma
interna. Si la perdemos, nos desequilibramos, usa la respiración para
conquistarla. Visualizamos los movimientos de ataques y defensas también del
oponente imaginario. Eso, si decidimos enfocar la Kata dentro del contexto
marcial, te aconsejo que lo hagas, no resta.
El espacio que se usa ahora es
amplio y lineal, muévete coordinadamente, con ligereza, ahora tus posiciones
cumplen su segundo principio, el de máxima movilidad. Es importante sentirse
ligero en los primeros pasos, uno, dos, tres. En el último encaja nuevamente tú
cuerpo, elije una posición que favorezca esa idea. Libérate si puedes de
asociar técnicas a posiciones. Varias fuerzas se mezclan, una hacia abajo, otra
hacia arriba, otra hacia atrás y una última hacia delante, en continuos rebotes
elásticos. La actitud interna es Fudoshin o espíritu inamovible. De nuevo,
siente como si atraparas el tiempo, que la Kata podría acabar ahí, sin embargo,
quieres alargar la experiencia y el cuerpo de nuevo se organiza buscando una
salida técnica, una dirección natural. Usa ahora los ángulos.
Las nuevas combinaciones nos
permiten poder jugar con el ritmo, disminuir la velocidad, aumentarla si lo
necesito. El ritmo se convierte en un método de trabajo y en una estrategia.
Debemos de tomar conciencia de la respiración, juguemos ahora con la
respiración, no es necesario ir con prisa, al fin y al cabo nadie nos ve,
tampoco nos debe importa si nos miran. La respiración penetra y en ese camino
nos causa sensaciones diferentes, a nivel físico se expresa como un cosquilleo
en la columna vertebral, a nivel más profundo, ésta nos llena; siente como las
caderas se llenan de aire denso. Si estas receptivo es posible que sientas
calor. Cuando aumentamos la velocidad de la combinación, esta vez con las manos
abiertas, el aire se coordina saliendo solo lo que necesitamos, no nos
vaciamos, esto nos debilitaría. La misma combinación se realiza ahora hacia la
derecha. Es importante, los giros de las caderas, los cambios de posiciones y
la simetría de fuerzas.
Debemos de volver al centro, lo
hacemos siempre sin dejar huecos ni físicos ni mentales. Hay partes en las
Katas que son especialmente delicadas y si no dominamos los principios técnicos
y conceptuales, dejamos huecos donde el supuesto oponente penetraría. En estos
puntos ponemos nuestra máxima atención. Se nota desde fuera quien esta
dominando la Kata y quien esta solo en el plano técnico. Juguemos ahora con la
coordinación. Las combinaciones que nos propone ahora la Kata requieren de
destreza: cambios de manos, uso del tren suprior e inferior y lograr sacar
fuerza desde la flexibilidad. Nuestro cuerpo no debe de quedar atrapado en una
zona debemos usar la totalidad. Un movimiento se alimenta de otro. Ten en
cuenta esta idea, te hará crecer.
Cuidado con la inercia, cada
movimiento es el resultado del anterior, no se atropellan. Recordemos de nuevo
algunas funciones. Para defender no es necesaria tanta energía, tanta tensión,
solo contacto y conducción. Sin embargo, para atacar explosionamos. La última
técnica de esta serie es de tierra, puro yang. No olvidemos que cuando el
cuerpo se expresa en yang, nuestro espíritu debe ser ying. Cuando hablamos de
equilibrar en los Katas, de no perder el centro, nos referimos a esto. No
importa si en este punto se escapa un Kiai, lo que te salga. No obstante, no te
vacíes, que este grito no te disperse, aún queda por finalizar la coreografía
predeterminada.
Estudiemos ahora las dos últimas
combinaciones. Giramos sobre nosotros mismos, sin invadir el espacio del
imaginario oponente. Mantenemos una actitud neutra donde podamos tanto defender
como atacar. Al avanzar nuestra defensa se convierte en ataque, rompemos la
energía del oponente y su espíritu combativo. Sin dar tregua proyectamos una
segunda técnica. Nuestra entrega es tal que no hay posibilidad de retorno. Es
una técnica definitiva. Esto mismo lo repetimos hacia el ángulo derecho, recordar
que la simetría es un elemento importante, debemos de sentirnos igualmente
seguros.
Poco a poco el cuerpo se va
relajando y la mente se va apaciguando hasta entrar en un estado natural. Poco
a poco volvemos a la posición de origen, quedarnos de píe y dejar que la
respiración se calme. No tenemos prisa. Imaginar una posición tal que podríamos
estar quietos durante horas sin cansarnos. Esto también es valido para el resto
de los movimientos de los Katas. Si la estructura es buena podríamos, sino, el
cuerpo delataría el error posicional en forma de dolor. Ahora saluda sin entrar
en ritualismos, solo es un saludo de respeto y satisfacción. Reten la
información y hazla tuya, súmala a lo que ya sabes…
José
Navarro Parra.
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