martes, 1 de febrero de 2022

Karate y Resilencia.

 Hace ya algunas décadas cuando me interese por la psicología, descubrí un término llamado Resilencia y que viene a significar lo siguiente:

"La resilencia o entereza es la capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos".

En un mundo tan cambiante para el ser humano debemos desarrollar capacidades para amortiguar estos desequilibrios.

Entre la infinidad de herramientas y recursos que tenemos, muchos hemos elegido el Karate. Pero no el Karate como hobbit o deporte, sino como Vía de desarrollo interno, con todo lo que esto implica. Las exigencias al recorrer este camino son altas pero los beneficios que se obtienen son elevados. No es así en otras muchas disciplinas, donde lo que aportamos de energía es mayor de la que es devuelta.

Karate es una actividad humana más, y como tal, está condicionada por influencias externas que debemos ir aceptando y solucionando. Se trabaja a muchos niveles y eso hace que nuestro desarrollo sea profundo, pero también es su talon de Aquiles, porque requiere mucha fortaleza y constancia para seguir este camino. Ir al Dojo de vez en cuando y después desconectarse, es fácil. Pero hacer que el Karate sea un camino de vida, es otra cosa. Hay que haber desarrollado habilidades, no sólo en el campo del movimiento, sino también en lo social, en lo psicológico y filosófico, entre otros. No hay otra manera de persistir si no tenenos interiorizadas todas estas "virtudes". Entre ellas lo que en occidente llamamos Resilencia. Es cierto que en muchas personas aparece este concepto en situaciones extremas pero en las Artes Marciales este concepto debe estar presente constantemente. Sin un alto grado de carácter, voluntad y discernimiento, el Karate se queda en la superficie, a merced de los acontecimientos. 

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